Vuelve a empezar

Vuelve a empezar…
aunque sientas el cansancio,
aunque el triunfo te abandone,
aunque un error te lastime,
aunque un negocio se quiebre,
aunque una traición te hiera,
aunque una ilusión se apague,
aunque el dolor queme tus ojos,
aunque ignoren tus esfuerzos,
aunque la ingratitud sea la paga,
aunque la incomprensión corte tu risa,
aunque todo parezca nada,
vuelve a empezar….

Dejarse llevar

Vivimos rodeados de estrés, de prisas, de buenos momentos, de momentos no tan buenos, de risas, de llantos, de personas que nos llenan y otras que casi consiguen vaciarnos.

A veces nos dejamos llevar por el ritmo que nos envuelve, sin pensar, sin decidir, simplemente viviendo, simplemente haciendo lo que llega, sin planificar y sin darnos tiempo a meditar si eso es lo que queremos.

Quizá deberíamos plantearnos si cuando se dan esas situaciones, en realidad nos estamos dejando llevar o, sin embargo, estamos haciendo algo que disfrutamos, que queremos y que por nosotros mismos no habríamos buscado…pero que cuando aparece decidimos amarrarnos a ese salvavidas que nos lanzan y que nos lleva sin una aparente ruta marcada….

Cuando hacemos estas cosas, cuando nos dejamos llevar, no sin pensar, pero sí haciendo pocas valoraciones, podemos creer que vamos como locos, que estamos actuando sin razón y sin sentido, que podemos equivocarnos, que tenemos mucho que perder y quizá poco que ganar, pero deberíamos valorar que la mayor parte de las veces que nos dejamos llevar lo hacemos porque sentimos, porque tenemos verdaderos sentimientos que nos mueven a ello, porque nos emocionamos, nos reímos, lloramos, padecemos y disfrutamos con cada una de las cosas que nos pasan, por eso decidimos seguir esos sentimientos y no olvidar, pero sí dejar un poco de lado, la razón.

Cuando, después de seguir esos sentimientos, las cosas no salen como creíamos que podían salir, nos damos cuenta de que nos habíamos precipitado por la montaña sin mirar realmente la altura de la misma o las irregularidades del terreno, pero aun cayendo, podemos salir victoriosos pues contábamos con esta caída, sabíamos que estábamos actuando de corazón sobre la marcha, no con la razón, en realidad, estábamos simplemente viviendo, dejándonos llevar por un maravilloso mundo de sentimientos que sólo nos hacían disfrutar de cada día, de cada instante.

Simplemente eso, nos llenó de vida para seguir adelante aun sin conseguir aquello por lo que nos dejamos llevar….

Ana

Vida

Después de todo, todo ha sido nada,
a pesar de que un día lo fue todo.
Después de nada, o después de todo
supe que todo no era más que nada.

Grito "Todo", y el eco dice "Nada"
Grito "Nada" y el eco dice "Todo"
Ahora sé que la nada lo era todo,
y todo era ceniza de la nada.

No queda nada de lo que fue nada.
(Era ilusión lo que creía todo y que,
en definitiva, era nada)

Qué más da que la nada fuera nada
si más nada será, después de todo,
después de tanto todo para nada.

José Hierro