Mis Padres...

Y cómo uno cambia y evoluciona, cómo uno de repente se sorprende diciendo lo mismo que tiempo antes habían dicho sus padres.
Y cómo uno cambia el prisma con el que mira la vida, cómo la perspectiva es cada vez más próxima a la de sus padres, y eso, al menos en mi caso, hace que cada día me sienta más cerca de ellos....

Pasamos de necesitarles para todo a alejarnos de ellos casi por completo, e incluso pasamos por esa bendita etapa en la que ir con ellos era casi una vergüenza, en la que nos creíamos sabios de todo y no necesitábamos a nadie.
Sin embargo, uno crece y sea cual sea su desarrollo, tenga o no tenga hijos, se case o no se case, viva solo o en pareja, sobre todo cuando uno abandona el hogar familiar y se independiza en cualquiera de sus modos, se da cuenta del valor de las palabras paternas, del valor de cada enseñanza, del valor en sí mismo de los padres, esos que renunciaron a todo por ti y que lo siguen haciendo cada día, esos que pusieron todas sus esperanzas e ilusiones en ti y son felices sólo si tú lo eres, esos que serían capaces, y en ocasiones lo han hecho, de dejar de vivir su propia vida para que tú puedas vivir la tuya.

Personas de valores y principios extraordinarios, de educación exquisita sin haberla recibido, grandes anfitriones, porque lo son de corazón, no por protocolo, naturales, frescos, sanos, sabios por experiencia, que no hay mayor sabiduría que la que da la vida.
Son ellos, en muchos casos, aquellos que vivían en el campo, que empezaron a trabajar cuando aún no habían jugado lo suficiente, a veces nada..., aquellos que pueden hablarnos aún hoy del hambre, algunos de la guerra, de la dictadura, de la transición, de cómo compartieron piso con familiares para poder casarse de una vez y salir de casa.
Son aquellos que lo dieron todo por su familia y soportaron carros y carretas y a día de hoy siguen juntos, a pesar de las asperezas y piedras del camino, son los mismos que paseaban una vaca con 10 años o regaban un huerto y hoy compran con tarjeta de crédito y manejan Imagenio, Canal plus, el TDT y mil cachibaches más que en sus días eran impensables.
Son los mismos que tenían horario de llegada a casa hasta el día de su boda y hoy asumen con la suficiente naturalidad que los tiempos han cambiado y sus hijos viven otra vida, son los que a su avanzada edad se mueven mucho más rápido que muchos a los que doblan la edad.
Son los que aún hoy lo dejan todo para ir a atender a sus hijos o a sus nietos, son los mismos que siendo en casa solo dos, y en algunos casos uno solo ya, siguen guisando para una familia numerosa, comprando para 5 o más, y haciendo esos extraordinarios guisos que luego reparten en sus visitas a los hijos, esos grandes egoístas que sólo cuando crecen aprenden de verdad a reconocerlos y quererlos como merecen...

Gran generación, fuerte, luchadora, trabajadora...Generación que se ocupó de sus padres para pasar a ocuparse de sus hijos, y a día de hoy, de sus nietos...No debemos olvidar todo lo que nos habéis enseñado, para mí el mayor orgullo a día de hoy es saber de quien desciendo, ser portadora de muchos de sus valores, de muchos de sus conocimientos, saber mirar la vida con fuerza, con alegría, con optimismo....Eso es lo que me han enseñado mis padres, a mirar hacia adelante sabiendo que puedo, a pedir ayuda cuando lo necesite, a saber que siempre se puede salir adelante y a querer a mi familia por encima de todas las cosas pues son ellos los que siempre estarán ahí...

Padres....os quiero!

Ana

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