Gracias 2022

Este 2022 me deja muchas experiencias, alguna aún está por terminar y no sé qué lectura final sacaré, pero hasta el momento, de cada experiencia vivida en 2022 me quedo con un sinfín de agradecimientos hechos y por hacer, me quedo con un corazón lleno de emociones bonitas y sinceras, me quedo con un trato humano y cercano que me reafirma en mi confianza en el ser humano, me quedo con cada una de las manos que van cogiendo mi mano para acompañarme en mi camino, me quedo con las familias bonitas que me abren sus puertas para mostrarme la luz de su casa e iluminarme con ella, me quedo con las sonrisas, con las lágrimas y con las miradas, qué de miradas ha habido en este 2022, qué intensas, qué sinceras y qué delicadas, me quedo con los abrazos, los dados y los que aún están por dar, que llegarán, más pronto que tarde llegarán, me quedo con muchas personas, muchos mensajes que me llenan el corazón, me quedo con la música y los conciertos, con las artes en general, que me llenan el alma, me quedo con la fuerza interior que este 2022 me ha confirmado que tengo, me quedo con la suerte que he tenido en plena caída libre de esta montaña rusa que a veces es la vida, me quedo con mi aprendizaje, el que ya estaba hecho, el más reciente y el que esté por venir, me quedo con la confianza que me han dado, pero, sobre todo, me quedo con la confianza en mí misma, con el equilibrio, con la conexión con mi yo más profundo, me quedo con mi valía y también con mis miedos, pues con ellos descubro mi fortaleza, y mi valentía, me quedo con todo lo vivido, puesto que ya me pertenece y hasta aquí ha llegado conmigo, porque si este 2022 ha tenido algo importante, es que ha sido vivido, que suene como suene, no es poco. 

Cuántas veces decimos que la vida no es justa, y… ¿qué es justo? Para mí es difícil definirlo si hablamos de la vida en sí misma, pues la vida simplemente es, y solemos valorar si es justa o injusta en función de lo que nos toca de cerca, pero obviamos cuán injusta sigue siendo para otros cuando nada nos pasa a nosotros. De nada sirve preguntarnos “por qué” cuando las cosas pasan, solo podemos asumir lo que venga y seguir adelante escuchándonos a nosotros mismos, viviendo cada etapa según llegue, sea como sea, afrontándola con buen ánimo, siempre que se pueda, rodeándonos de personas queridas, dejándonos caer si lo necesitamos, para poder volver a levantarnos después, lamiéndonos las heridas para sanar y seguir, no hay más… La vida, simplemente es un camino y como tal, a veces es llano y apacible, a veces algo más tortuoso, pero lo importante es que el camino sigue y podemos andarlo, solo eso, es una fortuna.

Una de las cosas más bonitas que he sentido este año 2022 es la emoción de otros ante mis propias emociones, sentir cómo pueden conmoverse conmigo y por mí, como si de ellos mismos se tratara. Siempre he tenido mucha conciencia de comunidad, pero nunca lo había vivido tan intensamente, quizá porque nunca me había tocado un papel protagonista, pero ahora que me dieron uno, he podido constatar la importancia de todos los personajes, coprotagonistas o secundarios, incluso la importancia de esos extras que de vez en cuando aparecen en escena, sin todos ellos, nada sería igual, sin vosotros, no sería lo mismo. 

No sé cómo explicar lo querida, acompañada y protegida que me siento… GRACIAS, así, en mayúsculas.

A 2022 le doy las gracias por poder terminarlo feliz, a 2023 solo le pido que me permita seguir fuerte y emocionalmente estable para recorrerlo como venga.

¡Feliz 2023!


Se os quiere