El Frasco de vidrio y las pelotas de golf

Un profesor, delante de sus alumnos de la clase de filosofía, sin decir ni una palabra, tomó un frasco grande de vidrio y procedió a llenarlo con pelotas de golf. 
Después preguntó a los estudiantes si el bote estaba lleno.
Los estudiantes estuvieron de acuerdo en decir que sí.
El profesor cogió una caja llena de perdigones y los vació dentro del bote. Éstos llenaron los espacios vacíos que quedaban entre las pelotas de golf. 
El profesor volvió a preguntar de nuevo a los estudiantes si el frasco estaba lleno y ellos volvieron a contestar que sí. 
Después, el profesor tomó una caja con arena y la vació dentro del frasco, por supuesto que la arena llenó todos los espacios vacíos y el profesor volvió a preguntar de nuevo si el frasco estaba lleno. 
En esta ocasión, los estudiantes le respondieron con un sí unánime. 
El profesor, rápidamente, añadió dos tazas de café al contenido del frasco y, efectivamente, el café llenó todos los espacios vacíos entre la arena.
Los estudiantes reían. Cuando la risa se fue apagando, el profesor les dijo:

- "Quiero que os fijéis en este frasco, que representa la vida.

Las pelotas de golf son las cosas importantes, como la familia, los hijos, la salud, los amigos, el amor, cosas que nos apasionan. Son cosas que, aunque perdiéramos el resto y nada más nos quedasen éstas, vuestras vidas aún estarían llenas.

Los perdigones son las otras cosas que nos importan, como el trabajo, la casa, el coche...

La arena es el resto de las pequeñas cosas.

Si primero pusiéramos la arena en el frasco, no habría espacio para los perdigones, ni para las pelotas de golf. 

Lo mismo sucede con la vida. Si utilizáramos todo nuestro tiempo y energía en las cosas pequeñas, no tendríamos nunca lugar para las cosas realmente importantes. 

Presta atención a las cosas que son cruciales para tu felicidad. Reconócelas. 

Para algunos será tiempo para ir con alguien a cenar, salir al monte con un amigo, mirar una película, reírte a gusto con ese amigo de siempre, jugar con tus hijos o sobrinos, preparar esa clase con más ilusión, leer un libro que querías, unos largos en la piscina, una partida de cartas con los más jóvenes, preparar una receta, rezar un rato largo y pausado, tejer ese gorro con las lanas que compraste en el pueblo, ir a un concierto, aprender a usar ese programa informático que comentaste, planear un fin de semana diferente, irte a un retiro, escuchar ese CD que te grabaron...

Siempre habrá tiempo para limpiar la casa, los muebles, para reparar la llave del agua... es importante pero no lo único. Ocúpate primero de las de las cosas que realmente te importan. Establece tus prioridades. El resto solo es arena".

Uno de los estudiantes levantó la mano y le preguntó qué representaba el café.

El profesor sonrió y le dijo:

- "¡Me encanta que me hagas esta pregunta !! El café es para demostrar que aunque tu vida te parezca llena, siempre hay un lugar para dos tazas de café con un amigo..."

Cuando las cosas en la vida te superen, cuando 24 horas al día no sean suficientes, recuerda esta parábola y actúa en consecuencia, hazte el favor, házselo a los tuyos. 

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