C5, Sevilla Tour

He estado unos días en Sevilla y he de decir que es una ciudad maravillosa, un museo en sí misma, una ciudad para perderte por sus callejuelas o para pasear a la orilla del río admirando su belleza, pero si algo me ha llamado la atención especialmente es su gente, como casi siempre que viajo, es lo que termina de completar una ciudad, es lo que hace que sea bella desde adentro, que tenga un calor propio y, sobre todo, personalidad.

He estado unos días en Sevilla y he de decir que es una ciudad maravillosa, un museo en sí misma, una ciudad para perderte por sus callejuelas o para pasear a la orilla del río, admirando su belleza. Pero si algo me ha llamado la atención especialmente es su gente, como casi siempre que viajo, es lo que termina de completar una ciudad, es lo que hace que sea bella desde adentro, que tenga un calor propio y, sobre todo, personalidad.

En este caso, en Sevilla, viví muchos momentos en los que pude apreciar la amabilidad de su gente, la cercanía, el amor que sienten por su ciudad, cómo te hablan y te guían siempre que pueden, se interesan por tu ciudad de origen, te preguntan el tiempo que estarás, te recomiendan dónde ir y qué hacer casi siempre pero hubo un lugar en concreto donde pude sentir todo eso elevado a la n-ésima potencia, fue en el autobús C5, se trata de un microbus que sigue una ruta circular bastante larga siendo el único bus que entra en la zona del centro histórico y por lo que pude comprobar sobre todo mueve gente de edad avanzada, mayores con sus muletas, con sus bolsas de la compra y con su tranquilidad e historia.
Entre ellos parecían conocerse todos, entiendo que muchos coincidirán a diario y eso hace que al entrar en el autobús parezca que estás junto a una familia o un grupo de amigos, luego pude comprobar que algunos sí se conocían pero los que no parecían tan habituales en seguida comenzaban a serlo. 

En el momento en que detectaron que iba de turismo, de la forma más natural del mundo, tanto que no recuerdo como comenzó a ocurrir, algunos comenzaron a explicar las iglesias y los edificios que íbamos pasando, comentaban lo que veíamos y acompañaban al nombre de la edificación, en muchas ocasiones, de historias de antaño o tradiciones populares que conocían. De repente el autobús se convirtió en un autobús turístico de gran calidad, sobre todo por las raíces de aquellos que contaban la historia de la ciudad, por el amor y la pasión con que lo hacían, así como la voluntad de dar lo mejor de ellos y de su ciudad al visitante, fue muy emotivo.

Con ellos pude conocer cómo las Hermanas Clarisas hacían dulces artesanos, según una señora los mejores dulces que se puedan probar, así como la tradición de la suelta de pájaros y cantos de las monjas en la misa de Nochebuena, también pasamos cerca de la casa en la que nació Velázquez, hicieron recomendaciones sobre lo que no se podía dejar de ver, como la Iglesia de El Salvador, he de decir que tras visitarla estoy totalmente de acuerdo con esa opinión y así fuimos durante el tiempo que duró el viaje en autobús hasta la Catedral, la cual, según dijeron los compañeros del C5, es la tercera más grande del mundo. Y es que ya en su construcción se pretendía estar entre las más grandes pues cuenta la historia que los cristianos de la Reconquista, tras demoler la Mezquita que sustituyó la actual Catedral dijeron "Hagamos una iglesia que los que la vieren labrada nos tengan por locos" 
Y no puedo dejar de contar la interesante leyenda de María Coronel, que relataron al pasar el bus por la calle que lleva su nombre. "Según cuenta la leyenda que María Coronel, hija de un noble castellano y una dama sevillana, se casa con Don Juan de la Cerda en época de Pedro I, el Cruel. Don Juan de la Cerda se levanta en armas contra el rey y es apresado y condenado a muerte. María ante la noticia suplica al rey el indulto y éste se lo concede pero cuando esto sucede, Don Juan ya había sido asesinado en la Torre del Oro. 
Pedro I quedó prendado de la belleza de María Coronel y se dedicó a perseguirla y acosarla para conseguir tenerla a su lado, ella huyó del Rey y se escondió en el convento de Santa Clara, tras haber perdido todos sus bienes a manos del Rey. Don Pedro I no desiste en su empeño de poseer a María Coronel y aunque las hermanas clarisas la esconden y la cuidan, el Rey da con ella y cuando entra en el convento para llevársela ella corre a la cocina y se vierte a sí misma el aceite hirviendo de una sartén sobre la cara, desfigurándola para siempre y evitando así seguir despertando el deseo en el Rey"
Como se puede comprobar los amigos sevillanos del C5 no escatimaron en detalles, historias y leyendas de su ciudad, orgullosos de ella presumían de sus calles, templos y belleza pero sobre todo eran amables, con don de gentes y cercanos y consiguieron que la ruta en bus fuera una de las más agradables. 

Probablemente esta fue una de las mejores rutas turísticas por Sevilla por tan sólo 1,40 €.


Una maravillosa ciudad la de Sevilla, tanto como sus gentes.

Ana

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