Preferentes, eso debían ser ellos...

Viviendo en el centro de la capital son muchas las manifestaciones que me encuentro al volver a casa, especialmente en los últimos meses, quizá años... La situación está complicada y la gente necesita salir a la calle a manifestarse, es lo único que podemos hacer, es lo único que le queda al pueblo después de que lo hayan engañado, robado, apaleado y pisoteado. Aun así sirve de poco pero esas son las armas del pueblo, al menos hasta que decidan coger otras, que en ocasiones, vista la situación, parece raro que no se hayan dado ya casos de asaltos o ataques ... 

A pesar de encontrar cada semana manifestaciones, a las cuales, en ocasiones me he unido durante parte del recorrido, uno no se acostumbra a ellas, no se acostumbra a esa emoción que sientes cuando entras en el centro de la manifestación, entre la gente afectada, los posibles despedidos de sus empresas, aquellos a los que les han recortado el sueldo una o más veces, aquellos que han sido estafados por constructores o banqueros. 

El otro día, el 14 de Noviembre, fue diferente, subía por Gran Vía y vi que algo pasaba más arriba pues había furgones policiales, estaban desviando el tráfico, ..., cuando seguí subiendo vi que se trataba de una manifestación, al acercarme por detrás de la misma comprobé que era diferente al resto, se veía mucha gente mayor, personas de edad avanzada con pancartas que cantaban y gritaban lemas de lucha e indignación. No era una manifestación tan numerosa como algunas otras que he visto de educación o sanidad pero era ruidosa a la par que tranquila. Cuando me puse a la altura del centro de la manifestación me di cuenta de que todas o casi todas las personas que participaban en ella eran mayores, entonces vi las pancartas y los carteles, eran afectados por las participaciones preferentes.

Me acerqué e hice algunas fotos, no eran muchos pero no pude evitar sentir un vuelco al leer algunas de las pancartas donde insultaban a los responsables de su pesar, donde decían que les habían robado, que les habían quitado lo poco que tenían y no podían recuperarlo, quizá la pancarta que mejor lo definía era una que decía: "No somos inversores. Somos AHORRADORES" y sé cuánta verdad hay en esas palabras, porque quizá otras generaciones posteriores no han sido como ellos pero si alguien se ha dedicado a trabajar y a ahorrar toda su vida, a costa de quitárselo de placeres y caprichos, han sido nuestros mayores, los abuelos que han sabido hacer malabares con su dinero para poder sacar honradamente a sus familias adelante, que no han salido de viaje, que les tocó trabajar de niños y lo hicieron hasta casi ancianos para que sus hijos tuvieran lo mejor, que además de poder ayudar a sus descendientes, cobran muchos de ellos una pequeña pensión y aun así han sabido ahorrar y cuando la vida les daba un respiro, cuando podían disfrutar un poco .... les engañaron diciéndoles que podrían rentabilizar sus ahorros y ahora no tienen nada, lo poco que pudieron tener a base de esfuerzo ha desaparecido como por arte de magia, aunque bien sabemos que no es magia lo que ha pasado...



Tras hacer estas fotos me disponía a desviarme ya hacia mi camino habitual y al darme la vuelta escuché: "¡Oye, chica! La de la cámara, la que ha hecho el retrato...¡ven aquí!"
Por un momento pensé que quizá les hubiera podido molestar que hubiera hecho alguna foto, me volví preparada para pedir disculpas y cuando me giré me encontré con un hombre y una mujer que sostenían una pancarta, aparecen en la tercera foto que hay encima de estas líneas, ambos se pusieron frente a mí, estiraron la pancarta, el hombre gritaba: "¡haz fotos, haz fotos!" y comenzó a decir que les habían robado, que eran unos sinvergüenzas y que no estaban en la cárcel, que ya no tenían lo poco que habían conseguido ahorrar,  que la gente tenía que saberlo, etc...
Mientras, la mujer, me sonrió y me dijo, algo más calmada pero con mucha fuerza: "Sácanos de cerca, saca lo que está pasando y publícalo en Internet y en el Facebook ese, que nosotros no sabemos ni podemos hacer más porque nos han robao'" 
Si antes ya me había parecido duro ver cómo nuestros mayores no dejaban de pasar calamidades, cuando pasó esto se me encogió el alma, ¿cómo puede estar pasando esto? ¿cómo podemos estar dañando las bases de nuestra sociedad de este modo? ¿cómo pueden haberse hecho así de mal las cosas y que no pase nada?

Aunque lo hubiera hecho de cualquier modo, tras la petición formal de estos señores, aquí queda publicado el relato de lo que está pasando, del mundo que vivimos, de la mentira que nos quisieron hacer creer alguna vez aquellos que hoy siguen en el poder y que de momento no ha pagado por nada de lo que hicieron. 
Aquí queda este post, en honor a nuestros mayores que, a pesar de todo, siguen sacando este país adelante permitiendo en muchas ocasiones que sus familias subsistan gracias a sus escasas pensiones, como lo hicieron de jóvenes cuando les tocó vivir otra farsa quizá peor que esta.


Y a pesar de todo...ellos no pierden ni la fuerza ni la sonrisa. ¡Ojalá puedan recuperar sus ahorros y vivir tranquilos!
Ojalá aprendamos algo de ellos, tienen mucho que enseñarnos aún...

Ana 

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